SAN
JOSÉ BALCÓN DE LA REALIDAD
Y LA
FANTASÍA
Somos descendientes de arrieros como Nacianceno Vásquez,
José y Gregorio Ocampo, Marcos Londoño, Santos Hernández y Juvenal Jiménez, que
se asentaron aquí en 1901 criados con la postrera para ser grandes y fuertes,
sentados en las noches escuchando con atención y miedo las historias
maravillosas contadas por los adultos y que en nuestra mente tomaban forma y se
volvían reales, tan reales que podríamos jurar que en muchos momentos vivimos y
sentimos los misteriosos seres protagonistas de esas historias.
Me preguntas qué hacíamos en esos tiempos? Cargábamos agua del monte pues no había ni
acueducto ni alcantarillado.
Alumbrábamos nuestros sueños e ilusiones con velas, al rededor de ellas rezábamos todos los días el
rosario. Nuestras mamás lavaban la ropa
con azulín o azul y lejía para que quedaran más limpias. Se maquillaban con la cal de las casas y con
la flor besitos daban el color rojo.
No permitían que los niños y las niñas estudiaran juntos y los
domingos nos llevaban juiciosos y ordenados a misa.
El colegio era dirigido por monjas y lo construimos entre todos trayendo tabla por
tabla en la espalda, cargados de sudor y amor.
Nuestras mayores alegrías?
La primera motobomba, el día que nos colocaron la luz y un bombillo por
casa a pesar de que no podíamos encender más que uno ya que en las noches
llegaban las autoridades y si descubrían lo contrario quitaban la energía; la
llegada del primer carro después de una procesión, los días de mercado tan
grandes y abastecidos por ser nuestro pueblo paso obligado de arrieros y
mercaderes ya que estábamos ubicados en el camino real, importante vía de
comunicación y transporte.
Tristezas? sólo cuando nos tocó la violencia por colores e
ideales políticos que no eran compartidos ni entendidos. En esa época murieron
muchos de nuestros familiares y amigos y nos convertimos en enemigos los unos
de los otros... Pero como el arriero y el paisa son echaos pa delante esto no
nos detuvo sino que a fuerza de
golpes y de dolor entendimos que
sólo unidos podríamos salir adelante y ser el pueblo pujante que ahora somos.
Gracias a esa fuerza y unión logramos ser municipio y
dejar el corregimiento atrás.
(Tomado del texto escrito por el grupo raíces de la Institución Educativa
Santa Teresita)
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